Juan Pablo quiere esos 300 millones
Aunque es cierto que esta nueva versión del Desafío no paralizó a los televidentes como lo hicieron los anteriores, quienes desde Medellín le siguieron la pista al reality sufrieron de la mano con Juan Pablo Londoño.
Este paisa, al que le quedó como recuerdo una pequeña cicatriz en la nariz, resistió hasta el final los ataques de los cachacos y, a puro pulso, se ganó su espacio en la final que se llevará a cabo este domingo, a partir de las 8:00 de la noche.
En la última prueba, que fue transmitida el viernes, se ganó el derecho de estar ahí, tras derrotar a Andrés Alarcón, el último de los cachacos en competencia. Este domingo, temprano, viajó a Bogotá para esperar los resultados de la votación de los televidentes.
¿Esperaba ser finalista?
"La verdad, no. No creí que me fuera a ir también. Pero cuando estuvimos en la fusión, con mi amigo Juanjo, nos pusimos la meta de llegar lo más lejos posible".
¿A quién le agradece si llega a ganar?
"Primero al equipo Paisa, que me dio el voto de confianza para representarlos. También a Juanjo y a los Costeños. Y si gano, además, sería un triunfo para mi hija".
¿De dónde sacaba fuerzas para enfrentarse, casi solo desde el principio, ante los contrincantes?
"Cada vez que Margarita decía Antioquia a mí como que me hervía la sangre. Y entonces en la competencia había que demostrar la gallardía de los paisas. Eso era lo que me daba fuerzas".
¿Qué tal fue esa última prueba?
"La más dura de todas. Había que hacer de todo. Terminé muy cansado".
Hubo un momento en que estaba de último. ¿Pensó que no alcanzaría a Andrés, el cachaco?
"No. Lo alcancé e incluso lo ayudé en un momento, en un gesto de caballerosidad. Cuando lo superé ya lo dejé atrás del todo".
Si gana, ¿qué va a hacer con los 300 millones?
"Asegurar el techo. Allá me di cuenta que tener casa es muy importante. A invertir y seguir con mi trabajo en los seguros".
¿No aspira a la televisión?
"No, ese no es mi campo".
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